Volvimos de la feria
Pasé viernes, sábado y domingo en la Feria del Libro de la ESARQ, aquí en Guadalajara.
Debo admitir que intenté mantener mis expectativas a un nivel razonable: no en el piso pero sí bajitas, así en el caso de que todo fuera complicado y no tan emocionante, no darme un bajón emocional. Afortunadamente, el público de la feria superó mis expectativas en niveles que ni siquiera imaginé.
No hablo solo de las ventas, que sí hubo, sino de lo bonito que fue que las visitantes de las feria recibieran el proyecto con tanto gusto. Nos paramos ahí, detrás de una mesa llena de libros a decir: “Hola, somos una librería de autoras, tenemos narrativa, ensayo, libros de cocina, ilustrados y libros leídos”, y a esperar las reacciones: sorpresa, gusto, emoción, alegría, curiosidad. También hubo desdén y simples manerismos de “mejor sigo mi camino por allá”. Pero eso nos nos desanimó, seguimos invitando a que conocieran los libros y las historias que llevábamos para compartir.
En general, la experiencia fue super gratificante y me abrió a la intención de participar en otros eventos de este tipo, aún si la librería es pequeña todavía, es una manera muy agradable de acercarme a más personas que quieran compartir este proyecto conmigo.